¿Y si no logré aún sacarte de mi mente? [Lauren]

Estaba desvelado, daba vueltas y vueltas en la cama pero no lograba conciliar el sueño, recordaba las palabras de mi psicólogo diciéndome, una y otra vez, que si quería salir adelante tenía que conseguir sacarme lo que me hacía mal de mis pensamientos pero no podía hacerlo, todas las técnicas que me había enseñado en la terapia no estaban funcionando o por lo menos no hacían el efecto que me esperaba; ella no había salido de mi mente, y es que no fue cualquier mujer para mí, fue “LA” mujer, esa que todos tus familiares querían, que la habías visto como la madre de tus hijos, como la persona con la que llegarías a viejos… pero entonces todo se había acabado, en un pestañear de ojos todos los planes se habían esfumado, pensamos que era mejor terminar antes que sufrir después, fue duro darnos cuenta que jamás conseguiríamos estar equilibrados como pareja  y que si queríamos rescatar aunque sea la relación de amigos que teníamos no podíamos seguir juntos. Me levanté de la cama y busqué en el cajón de la mesa de luz un frasco de pastillas que me habían recetado para la depresión en la que entré debido a la ruptura y a varios problemas en el trabajo.

Miré el frasco por unos minutos y luego lo dejé en su lugar, hacia tiempo que no las tomaba, dos semanas para ser exactos, todo un logro para mi y no dejaría que un par de recuerdos provocasen que volviera a caer. Agarré algo de ropa y me cambié, nada mejor que tomar un poco de aire libre, no me importaba que fuesen las 2:00 am. Salí de mi casa y caminé hasta el central park que estaba cerca de allí. Al llegar me senté en uno de los bancos del lugar, una suave brisa corría por lo que me cerré el abrigo mientras cerraba los ojos disfrutando de la tranquilidad de la noche, no había gente en el lugar lo cual era esperable por la hora.

Moví mi cuello hacia los lados mientras inhalaba y exhalaba lentamente, a veces tenía tanto trabajo que ni siquiera me detenía a disfrutar de cosas como estas, un lugar tranquilo donde poder pensar y relajarse, quién iba a imaginar que a mis 31 años estaría sentado solo en el medio del Central Park evitando las pastillas para la depresión que el psiquiatra me había recomendando... no se si estaba listo para dejarlas pero no perdía nada con intentarlo, lo que menos necesitaba era otra recaída de esas que te dejaban en la cama sin ganas de hacer nada. Miré hacia el costado para encontrarme a un chico que estaba tirado en otro de los bancos fumando lo que parecía ser marihuana, tenía pinta de ser menor de edad pero la verdad no tenía ganas de entrometerme en este momento. Fue entonces cuando observé a lo lejos a alguien que caminaba con poco equilibrio por el lugar, achiqué un poco los ojos esperando que mi vista se hiciese más nítida, ¿acaso era ella o solo formaba parte de mi imaginación?, no, claramente estaba en lo correcto... Lauren se sentó al lado del chico lo que llamó mi atención, ¿desde cuando se tomaba tan a la ligera sentarse al lado de un desconocido a las 2 de la madrugada?, muchas preguntas sin respuesta se juntaban en mi cabeza por lo que decidí acercarme a ver que estaba sucediendo con ella.

El olor a alcohol casi se podía oler a kilómetros de distancia, negué con la cabeza, no me gustaba verla en ese estado a pesar de que también había pasado por eso. Tomé al chico del brazo haciendo que se levantase del banco,  -es hora de que vayas a casa y ahórrate la pelea soy policía- comenté con una sonrisa falsa mientras le mostraba mi identificación; una vez se fue me senté al lado de Lauren, -¿me puedes explicar que mierda significa esto?- la interrogué como si aún tuviese el derecho de hacerlo, simplemente no había podido contenerme. -¿Que paso por tu cabeza?, no puedes andar en ese estado sola- le reproché bastante molesto, centré mis ojos en los suyos y ya simplemente no pude quitarlos de allí, como puede ser que se pusiese más hermosa cada día. Moví mi cabeza hacia los lados intentando despejar los recuerdos que aparecían ante mi, no podía creer que con solo mirarla todo volviese a parecer como antes. -Por favor, dime que no haces esto todas las noches- fue lo último que agregué para después apoyar mis codos sobre mis rodillas y colocar mis manos en mi rostro.

Para mi suerte el chico que estaba en el parque no ofreció ninguna resistencia, simplemente cuando vio la placa se fue sin que tuviese que hacer algún esfuerzo de mi parte. Miré directo a los ojos de Lauren, esos que habían alumbrado tanto tiempo mi vida, tan claros que hasta casi se podía ver todo lo que estaba pasando dentro de ella; mis manos se morían por acariciar su piel, por sentir el suave contacto con su mejilla y luego recorrer todo su cuerpo, pero claramente no podía hacer nada de eso. Cuando mencionó el tema de que hacia mucho tiempo que no nos veíamos recordé la cantidad de veces que había quitado la batería de mi celular para no escribirle, para no llamarla, hasta me había obligado a no recordar su fecha de cumpleaños para no tener la necesidad de saludarla ya que había decidido alejarme el tiempo necesario como para olvidarla. -Bueno disculpa, quizás si te hubiese encontrado en otro estado en este momento la conversación sería diferente- le repliqué, estaba molesto, furioso, ¿cómo se le ocurría estar en ese estado tan deplorable?... inhale y exhale una y otra vez buscando tranquilizarme un poco, estaba seguro de que no era bueno que ella me viese así pero no podía evitarlo me enfurecía, si fuese un dibujo animado en este momento me estaría saliendo humo de las orejas. -No me hagas hablar más sobre esto porque la conversación no va a terminar bien, discutimos varios meses cuando estuvimos juntos como para seguirlo haciendo ahora que nos separamos- comenté de mala gana, nunca había sido un hombre agresivo, simplemente había aprendido a descargar tensiones trabajando hasta quedar exhausto.

Cerré mis ojos mientras tapaba con las manos mi rostro, Lauren se apoyó sobre mi espalda por lo que no pude evitar sonreír, ella si que sabia como hacerme calmar, -me alegra saber que por lo menos no quieres seguir de fiesta- agregué con un tanto de humor,  -parece que fue mejor que el mio, al menos uno de los dos no se va a acordar de lo que paso esta noche- dije aunque me arrepentí ya que no había sonado del todo bien mi comentario, pero era verdad, Lauren probablemente mañana no recordaría ni que me vio mientras que yo debería tratarlo con mi psicólogo en varias sesiones. Apoyé mi espalda contra el respaldo del banco, llevé mi vista hacia las pastillas y negué con la cabeza para luego reír al escucharla, -es bueno saber que sigues igual de loca que siempre, espero que ahora no me pidas que te de mi mano para que dejes caer la pastilla sobre esta- finalicé.

Comenzó con lo de que la conversación no terminaría bien, replicando sobre mi estado, etc. Yo pregunto y espero que todas las mujeres de 30 solas respondan: ¿Tengo derecho a ser tratada como una adolescente de 17 que le toca la puerta a sus padres borracha luego del baile de graduación? No, no me corresponde y odiaba tener que pensar en el pasado y cómo teníamos un espacio común construido y que luego se nos fue. Bastante insoportable se me hizo tener que pensar en que si hubiésemos mantenido la relación, todo esto sería distinto. No tendría que ir a una fiesta donde la mitad está borracho y la otra mitad pretende ir a un motel. No, en lugar de eso estaría acostada con Jared, mientras yo leo un libro y él ve películas de cuando los polis buenos ganan. Yo planeaba una vida juntos y la verdad se nos fue y eso era algo que yo no tenía paleado. A veces me moría por un abrazo suyo, uno de esos que dicen que todo está bien y que se soluciona con sólo calmarme, pero no podía hacer ni eso, ni abrazarlo borracha. Toda la confianza que tuvimos alguna vez se nos fue también. Se lo veía muy furioso y no entiendo por qué, nosotros estamos separados hace tiempo y él se las arregló para ni siquiera saludarme en mi cumpleaños.
-Ten por seguro que sí recordaré a la perfección esta noche, así como tú recordaste mi último cumpleaños- tenía que decirle algo que de verdad me había dolido, pero más allá de eso no quería que me diera explicaciones de por qué no lo había hecho sólo quería demostrarle que lo tengo presente.

Me gustaba mucho su sonrisa y me sigue gustando, en su rostro se dibujaban perfectas figuras, indescriptibles y bellas, sinceramente me gustaba mucho estar allí con él y que esta noche que comenzó siendo un error sea como un puntapié del destino para volverlo a ver. Escuché lo último que dijo y sonreí, aún con las pastillas de menta en mi mano dije -¿Sabés qué?- dije mirándolo a los ojos mientras tiraba las pastillas a la altura del banco de en frente. -No necesito poner esa excusa para tomar tu mano y hacerme la delicada coqueteando discretamente contigo después de tiempo sin vernos, porque en verdad que eso en este momento no se me da, dado que en perdí la cuenta del los tequilas que llevo encima. Si quiero tomar tu mano, la tomaré sin excusas estúpidas y de telenovelas- dije con mucha precisión, tomé su mano con las mías y me quedé mirando hacia el frente esperando que reaccionara.

Puse los ojos en blanco al escuchar lo de su cumpleaños, es como si aún estuviésemos conectados a pesar de la separación, o era algo que realmente le había dolido y por eso también lo tenía presente, cualquiera de las dos opciones era viable. Me quedé unos segundos en silencio, ¿qué iba a decir?, podía inventar alguna excusa como: perdí tu número de teléfono, se me rompió en una persecución, mi madre me lo quitó para castigarme, bueno esa última no ya que era poco posible que sucediese; aun así, no creía que tuviese sentido mentirle, no me gustaba, siempre habíamos sido sinceros el uno con el otro y ya habíamos perdidos bastantes cosas que teníamos como para dejar ir eso también. -Lo siento, depresión "post ruptura"- me sinceré utilizando la misma expresión que había usado Lauren anteriormente, no estaba muy convencido de haber admitido esa parte de mi vida que ella no había visto, ni siquiera me gustaba que los más cercanos a mí lo recordasen porque era algo que me avergonzaba, si no estaba tirado en la cama estaba alcoholizado en algún bar o discoteca. Hice una mueca de lado y levanté levemente mis hombros intentando restarle importancia a mi mención sobre la depresión que sufrí; solo esperaba que ella no dijese nada, quería que lo sucedido antes quedara en el pasado, de nada nos servía revolver en las heridas, además tampoco tenía la idea de darle lastima o algo por el estilo.

Mordí mi labio inferior negando al ver su accionar, claramente cuando quería podía comportarse como una niña, y a pesar de todo me alegraba por ella, era bueno ver que podía salir de tanta seriedad que le requería el trabajo, puede que me molestase que estuviese en ese estado pero quizás lo necesitaba tanto como yo hace tiempo atrás. Me quedé escuchando atentamente cada una de sus palabras, no entendía que estaba sucediendo o que iba a hacer, pero simplemente no pude quitar mi atención de ella. Tomó mi mano y mi primera reacción fue de extrañeza, ambos mirando hacia el frente como si hubiese algo interesante allí; me sentía como un adolescente sin ninguno tipo de experiencia en el ámbito de las relaciones... ¿quién iba a imaginar que esa noche me la encontraría y tendría la posibilidad de sentir la suavidad de sus manos aunque sea por unos minutos?, nadie, hasta a mí me costaba creerlo. Acaricié su mano instintivamente y luego al percatarme de lo que en verdad estaba sucediendo la solté, -creo que es hora de que te lleve a casa- agregué mientras me ponía de pie, -quiero asegurarme que llegues bien, espero no te moleste que te acompañe- finalicé con una pequeña sonrisa.

Nunca, ni en un millón de años pensé que él acariciaría mi mano. Creo que no estaba lo suficientemente borracha como para no recordar tremendo suceso, eramos él y yo, juntos allí en el medio de la noche. Ok paremos de fantasear, si yo no estaba más con Jared era por alguna razón, o tal vez recurriría a la explicación de los astros o algo así. El hecho es que yo no estaba en mis cabales como para comportarme como una delicada damisela en peligro, en su lugar, tenía una verborragia estúpida que me ponía al descubierto, mala suerte para mí o me facilitó el hecho de contarle todo lo que sentía desde que rompimos en ese preciso instante. Luego de unos segundos suspendidos en la nada y sin hablar él se paró, conociendo lo caballero que a veces podía llegar a ser Jared, pensé en el momento en el que se puso de pie, que me acompañaría a mi casa. Bueno, dado que mis amigas se fueron, no puedo manejar y no hay ningún borracho o vagabundo al que le pueda pedir su teléfono, préstame el tuyo y llamaré a un taxi- dije creyendo que aún podía caminar como lo hacen los seres humanos. Me puse de pié y sacudí mi atuendo con ambas manos, traté de acomodar mi botas y atarme mis cordones, pero mala suerte, casi caigo al piso y bueno creo que terminaría con la nariz sangrando. -Ok, taxi, lléveme a casa- solté una leve risita, lo que se transformó en una carcajada un poco espeluznante. Me callé de repente, claro está que no me quería convertir en las típicas borrachas blanditas, aunque le di bastante bien a los tequilas, pensé que no iba a poder ni caminar.

Comencé a caminar con la esperanza de que Jared fuera tras de mi, en ese momento no tenía ni idea de cuáles eran los puntos cardinales ni, si mi casa quedaba en el norte o en el sur, por eso Jared conmigo seria de muy buena ayuda en ese caso. Traté de buscar en el fondo de mi cartera un labial, al menos tenía que estar algo presentable, ni me imaginaba que me iba a encontrar con él esa noche. -Dime, si tu no andabas bebiendo como yo ¿qué haces aquí?- creo que mi pregunta fue un poco hiriente, no debía dar por sentado que él andaba bebiendo por las noche, ni siquiera lo sabía con exactitud pero bueno, estaba borracha y no sabía donde quedaba mi casa así que supongamos que tengo derecho al perdón.-Ven acompáñame, tengo sed, te prometo que no será nada que contenga alcohol- dije sonriendo mientras tomaba su mano y lo arrastraba a lo largo del parque.

Con la unión de nuestras manos por su indiscreción, probablemente provocada por el alcohol, solo me dejé llevar por el momento que vivíamos entrelanzando nuestros dedos para después acariciar con mi pulgar su mano suavemente aunque cabe aclarar que el acercamiento no duro muchos minutos ya que la solté al percatarme de que esto solo nos confundiría aun más. Me levanté del banco en el que permanecíamos sentados y miré a mi alrededor, todavía agradecía a Dios por ponerme allí permitiéndome cuidar de Lauren una vez más, jamás me hubiese perdonado el no estar en el Central Park protegiendola de otros ebrios que andaran por el lugar. Frunci el ceño al escucharla, ¿pedirle favores a un borracho o vagabundo?, ¿en que momento Lauren se había vuelto tan confiada?; -tanto tiempo saliendo con un policia y aun no sos capaz de diferenciar entre lo que es seguro y no...- la molesté negando con la cabeza, si hay algo que debía reconocer de ella es que era una mujer inteligente por lo que oírla decir este tipo de cosas solo demostraba cuanta noción de la realidad había perdido por las copas que ingirió en su fiesta o el nombre que cada quien quisiese ponerle. La observé un tanto divertido realizar sus movimientos de “yo todo lo puedo” mientras me quedaba de brazos cruzados frente a ella esperando que aceptase mi propuesta; esta vino acompañada de una risa un tanto alocada, la cual no me sorprendió en lo absoluto ya que la conocía y la había escuchado bastantes veces cuando eramos pareja.

Lauren comenzó a caminar y yo la seguí a una corta distancia aunque mi vista estaba fijada en los pasos que ella daba, desde atrás se veía muy gracioso, de hecho no lograba comprender como conseguía mantener el equilibrio para no terminar cayendo para algún costado. -En síntesis digamos que estaba aquí para no permitir que tus habilidades sociales produjeran que terminases durmiendo con algún desconocido en un callejón- bromee a la vez que levantaba mis hombros, prefería no hablar del papel del alcohol en mi vida, además estaba seguro de que algunos rumores seguro le habían llegado ya que sino no lo hubiese incluido en la conversación; tomó mi mano nuevamente pero esta vez con la intención de arrastrarme hacia algún sitio que le permitiese saciar su sed. Aproveché cuando pasamos frente a uno de los bebedores del parque para frenarme allí y meter mi mano para tirarle un poco de agua a Lauren, era un niño mas. -Emm... ¿No te preocupa que algún empleado pueda verte?- pregunté mientras secaba mis manos en mi ropa.

Algo de los problemas de Jared, luego de que rompimos, había oído. La gente no se queda callada y a menudo es bastante chusma acerca de mi vida y todo lo que pasa conmigo, lo que hago y dejo de hacer. A veces las personas tienen la mirada puesta en la señorita joven y emprendedora dueña de una importante empresa. Quise heredar la empresa un poco más tarde, pero mis padres ya no estaban y yo no iba a dejar en las manos de cualquiera algo que a mi padre le costó más de la mitad de su vida. Sabía que Jared había estado bebiendo un poco de más y que no podía con lo que nos había pasado. Yo tampoco podía por eso me encerraba en mí misma convenciéndome de que atender las cosas de la empresa era lo mejor que podía hacer. Nunca, ni por asomo hubiese tocado ese tema delante de él ni de ninguna persona, era algo delicado en mi opinión. Maldito efecto del alcohol que hacía que dijera cualquier cosa.
Estaba algo entusiasmada, me sentía una adolescente luego de que él tomase mi mano y la acariciara, no se me sentí distinta, pero fue lindo al mismo tiempo.

Bueno, debo confesar de que en verdad tenía mucha sed. Además de que me alegraba estar con él. Parecía que recién volvía a conocerlo. A descubrir lo más oculto en él. A pesar del alcohol y de que bueno surte alguno efectos, no paraba de sonreír.
Caminaba como podía, llegamos hasta un bebedero y me incliné a tomar algo de agua. Escupí un poco al oir su comentario. -Pues no, no me importa. No me importa nada de lo que digan o piensen de mi, estoy algo cansada que la gente se sienta con derecho a opinar o saber de tu vida- dije con cierto enfado. Todo producto del alcohol y no me cansaré de decirlo claramente. Me levanté, cerré el grifo del bebedero, tomé el brazo de Jared y mientras me secaba el rostro con mi campera le dije -Ya llévame a mi casa ¿si?- apoyé mi cabeza en su hombre y comencé a caminar. Tocar ciertos temas de mi vida me ponían algo susceptibles, y sin contar que ya me hacía algo de frío. Quería disfrutar ese pequeño instante con él como si nada entre nosotros hubiese pasado, como si fuese un extraño que sólo quiere brindarme su ayuda.